Aromas

Terrible experiencia tienen un sistema de asignación de mesas pésimo, personal mal capacitada en la asignación de mesas, parece mercado te debes meter y sentarte en donde veas vacío, una falta de respeto completamente la comida es buena pero nada extraordinario. Vale mucho la pena la panadería recomiendo solo para llevar

La comida puede ser muy deliciosa; nunca he ido al brunch (que parece su especialidad) pero sí he ido a comer varias veces. Es bueno, aunque caro.

Me encantó especialmente Axel, gran servicio.
Cuiden el recibimiento al pie de la escalera. La sensación es de ser atajado no recibido.

La semana pasada fui a desayunar y el servicio estuvo excelente, muy amable Brenda que nos apoyo en todo y nos dió buenas recomendaciones 10/10

El lugar es factible en silla de ruedas, pero eso no significa que Aromas sea accesible para sillas de ruedas, ni siquiera en su nivel del suelo, como afirmaron. Hay un escalón justo en la entrada con el que necesitará ayuda una silla de ruedas. El escalón más bajo, más apto para sillas de ruedas, se encuentra donde están las mesas, lo que significa que no puede contar con acceder a través de ese lado de la sala. Una vez dentro, tendrás que pasar por un lugar pequeño, estrecho, obstruido y no sin complicaciones antes de llegar a tu mesa. Obviamente, el nivel superior está fuera de discusión para sillas de ruedas y también lo está el baño, que por cierto, incluso lo consideraría un desafío para algunos clientes con todas las capacidades.

Pasando a la comida, el menú es variado y creativo. Sin embargo, desafortunadamente, 2 de los 3 platos que tuvimos se consideraron insatisfactorios, a saber, los benedictinos mexicanos, con poblanos insípidos y un panecillo frío, y el tlacoyo, que se sentía tan sencillo, simple y seco. Por otro lado, los chilaquiles estaban en el nivel de muy buenos, junto con los pasteles y el café.

Finalmente, el servicio es educado, atento y siempre presente. No hay "peros" aquí en ningún aspecto.

En general, Aromas se sintió un poco como una decepción y, desde el punto de vista de un usuario de silla de ruedas, estresante. Lo cual es una pena, considerando que el lugar es parte de Grupo Carolo, un nombre que ha demostrado saber cómo hacer las cosas bien en todas las rúbricas de hospitalidad.

Este lugar está a otro nivel integran de manera perfecta la ambientación con la comida y los sabores, el pan es espectacular.
Grupo carolo claro que lo hace bien, mi único tache es en el Cafe ningún café tiene latte art y es básico, se lleva la 5s por que aún así el café tiene un sabor delicioso. Tengo que reconocer que es un gran concepto. El precio es totalmente para un tipo de mercado al que no cualquiera puede consumir.

La ambientación está linda. Pedí un cubilete de queso que me pareció empalagoso y la porción era muy grande además que tardaron cerca de 40 minutos en llevarlo; el Baileys en las rocas, por el precio, la verdad esperaba que estuviera mejor servido pero fue una cantidad miserable. Al final me cobraron lo que quisieron de propina sin preguntarme. El chico solo dijo "perdón" y me devolvió mi tarjeta. No volveré a ese lugar.

Terrible experiencia, estuve más de 40 minutos y nunca se acercaron a tomar mi orden y el café me lo sirvieron frío.

Fui ayer a desayunar. Pésimo servicio, teníamos que pedir las cosas más de 3 veces, la música con volumen como de antro, y la comida bastante x. Decayó muchísimo. Hay muchos lugares cerca mucho mejores.

Hay que reservar si quieres que te den lugar adentro. Los desayunos son buenos pero nada sorprendente. El café es malísimo.

Hay platillos muy buenos pero otros no tanto y el pan no es bueno. El servicio es bueno pero lento, evita que te pasen a la extensión del restaurante que está a pie de calle.

La mayoría de las entradas que probamos son ricas pero el Faláfel con jocoque, pepino, aguacate y rábano fue el favorito. Otro platillo que probamos y es 100% recomendable es la sopa de tortilla. Sus postres son deliciosos, el favorito: cubilete de queso, con ate de membrillo y helado de nata. La atención por parte del mesero que nos tocó fue de lo mejor.

Fue mal día para conocerlo, el vaso sucio cuando llegó la bebida para el postre los cubiertos también estaban mal lavados, adicional los postres en carta precio / sabor dejan mucho que desear, la presentación es bonita pero no es un lugar para volver a regresar.

La comida es excelente, el lugar muy agradable y el personal muy atento.
Se los recomiendo

Súper limpio.
Los platillos excelentes y la atención excepcional.
El pan es delicioso, las conchas de ganache de chocolate y los kouing amman

Llegué a una hora donde no servían desayunos y tampoco comida alguna y honestamente el servicio creo que ni siquiera me lo querían dar muy obligada la señorita que me recibió le comento que café si tenían y solo así y de mala gana me dio el servicio yo en lo particular jamas regresaré a ése lugar, solo porque ahí me citaron fui pero no regreso a un lugar tan discriminatorio.

Este es un restaurante con lindo ambiente y buena atención con un menú variado en donde la comida destaca por su elevado precio más no por su sabor.

Decepcionada de este lugar. Casi tres horas para una mesa. Y después de eso esperas una gran comida, pero no fue así.

Went to get breakfast. The outdoor terrace was cozy. The service was friendly but kind of slow. Food was pretty good (nice Paris eggs: scrambled eggs with bacon, ham, and cheese, with a side of salad and a homemade toast). Coffee was tasty as well; however kind of expensive for a relatively ordinary breakfast.

La atención excelente, tienen mucho cuidado a los detalles, la comida muy rica, lo único que deben tener cuidado es con el postre, pedí mil hojas con chocolate y no dice que es chocolate amargo, en lo personal no me gusta el chocolate amargo, esperaba algo un poco más dulce, no me lo comí por lo mismo, no es falla de ellos aclaro, son gustos personales pero para que no les pase, mejor les aclaro y los helados que acompañan los postres son deliciosos