Sanborns

Muy buen servicio, el lugar es simplemente hermoso y la amenización por parte del maestro que toca el piano es excelente

Único mal es que no tienen suficiente personal, necesitaba comprar un disco y no había nadie quiere pudiera auxiliarme

Edificio histórico digno se ser visitado. Por otro lado el servicio del restaurant da mucho que desear, la mesera era muy amable pero no estaba al pendiente

Un buen lugar para desayunar o comer en un ambiente agradable, en un bello inmueble antiguo y bien conservado. Adicionalmente, por lo regular, hay musica de piano, lo que mejora el momento.
El sazón en alimentos, es el tradicional de sanborns, al igual que los preciosos.

Muy buena atención del personal, aunque es importante poner atención! La persona que nos atendió aún no tomaba tiempo de alimentos. (en casa de herrero.) muy mal por parte de la gerencia en la gestión de su personal. El sazón no invita a regresar o recomendar.

Es un Sanborns como cualquier otro en un lugar increíble, el restaurante lo tiene en el patio central que está divino! Lo mejor del lugar es su valor histórico y arquitectura, era un palacio de la época colonia y aun se conservan su estructura y varios detalles en cantera y la Talavera que adornan sus escaleras.

Debo decir que por ser cadena no esperaba que fuera buena comida pero la verdad sorprendido. Muy buen servicio, los platillos geniales, probé con flautas, cecina, salmón; todo eso estuvo genial.
La sangría y pan de muerto no fueron lo que esperaba.
Precios accesibles y justos.
El servicio fue muy bueno

Pésimo servicio y tengas cuidado! LE ESCUPEN ALA COMIDA! Por favor mucho cuidado ojalá las autoridades correspondientes ayuden con eso

Lugar muy bonito, tradicional y pintoresco que recuerda las haciendas y las casonas de México. La comida es rica y el servicio muy atento.

No sólo la comida es excelente (pedí unas enchiladas potosinas con cecina) y la atención de primera, sino que el lugar, que fuera casa de los Condes de Xala es precioso. Es como sumergirse a los 1700 sin perder contemporaneidad. Es realmente de agradecerse que grupo Carso restaure y mantenga hermosas este tipo de edificaciones. Bien vale la pena tomar, aunque sea un cafecín aquí, o pasar a comprar el buen pan de muerto que Sanborns hace en estas fechas.

El lugar está muy lindo, es bastante tranquilo, lu único malo es que el servicio es un poco lento, pero son muy ambles.

El edificio es verdaderamente hermoso va y magestuoso, por lo demás va es va un Sangrons como cualquier otro. Sin mayor chiste ni gracia.

A pesar de que el servicio es Muuuuuuyyyy lento y luego olvidan lo que pides, es un bonito lugar para reponerse de un día cansado en el centro ya que aunque se encuentra a escasos metros del zócalo no es tan concurrido

Comida y servicio consistente con todos los Sanborn's. Vale la pena conocer el lugar, aunque en realidad no se conserva mucho da una idea del esplendor que tuvo.

Un lugar relajante en medio del Centro Histórico, una atmósfera que convina un edificio en perfecta conservación y la música del piano que ahí se encuentra. Podría aventurarme a decir que hasta el aroma del café se disfruta mejor.

Nunca habia venido a este sanborns, y está precioso afortunadamente no esta muy concurrido ya que está algo escondido. Recomendable.

Fui el domingo bellísimo el lugar, la atención lenta a pesar de no haber mucha gente, me ofrecen aguacate en el caldo d pollo (especial sambors) y me traen un guacamole, no le veo relación, le pregunto a la mesera esto es guacamole y no aguacate, no se supone que va adentro del caldo? Es que así le decimos al guacamole! Al final dejamos la propina en la mesa y al pagar preguntan: le cargamos el 15? Creo que ese comentario fue de más, nunca se pide el porcentaje, el cliente deja lo que considere! Malo muy malo!

Solo pasamos por café y pastel pero el café es demasiado malo, tenía un sabor muy extraño, el tiramisú no estaba fresco aunque las meseras fueron muy amables.

Es un muy hermoso lugar. Sólo por conocer la casona vale la pena ir a comer. Además hay un pianista que hace muy agradable la velada.

No conocía bien ese lugar, es como un tesoro escondido. Con su patio enorme, su pianista emotivo y el servicio de primera, todo sabe más rico! Ahí comí unos morderte de 3 quesos muy ricos!